Bea y David, una boda rural

Cuando escuchamos la palabra boda se nos vienen a la cabeza imágenes que poco tienen que ver con el medio rural y mezclar estas dos palabras puede parecer complicado. Al menos difícil de imaginar o de hacer.

Por suerte, el significado de boda es cada vez más amplio y cada vez son más las parejas que dejan volar su imaginación para organizar una boda muy personal, lejos de clichés y protocolos. Cosa que para nosotros resulta emocionante y divertido y nos tomamos como reto ser capaces de contar este día con la ilusión con la que los novios lo han preparado.

David y Bea se imaginaban una boda muy especial. Querían disfrutar de su gente, de su día y de ellos mismos. Sin nervios, sin obligaciones…

“Nosotros nos vamos 3 días a un cortijo con nuestros hijos, familia y amigos a pasarlo bien, y ya veremos qué es lo que hacemos”

Además, Bea es decoradora de bodas y gran aficionada al cine. De este cóctel sólo podemos conseguir un reportaje de boda muy muy especial. Las fotografías tienen que contar sus ilusiones, sus ganas, su amor…

Una historia llena de sonrisas, en especial las 4 de los hijos que se suman a una pareja que se quiere con locura. Locura que demostraron durante todo el día, miradas, risas, lágrimas, abrazos… Somos unos privilegiados, contar estas historias nos llena, nos apasiona.

Eligieron la Finca Tato para agitar todos los ingredientes, un lugar estupendo, en plena naturaleza a tan sólo 20 minutos de Málaga, cerca de Casabermeja.

Cuando llegamos, David estaba subido en una escalera colocando cosas y Bea maquillándose. Después se intercambiaron los papeles, para Bea cada cosa tiene sólo un sitio, su sitio perfecto. Esta perfección se notaba en cada uno de los detalles y de la suma de todos ellos resultó una boda preciosa. Temática cinematográfica recreando escenas de alguna de sus películas favoritas… una pasada!!